Por Ester Arjona.
Puentes & Diálogos es el nombre de la serie de entrevistas y colaboraciones musicales con artistas de otras latitudes con las que la cantautora y panameña pretende generar un espacio de intercambio de música, arte y conocimiento.
El espacio de confinamiento y en algunos casos de inactividad, que nos ha impuesto una cuarentena nos ha llevado a descubrir esas posibilidades que, si bien no son nuevas, no habíamos tenido la necesidad de revisar.
La tecnología nos ha dado la posibilidad de seguir teniendo encuentros, de ver cosas nuevas, de recibir a través de conversatorios, conferencias o entrevistas, información novedosa y valiosos puntos de vista de personas que, aunque físicamente están distantes, podemos ver con el simple toque de un botón.
Este es el caso de Puentes y diálogos, espacio en el que la cantautora Patricia Vlieg conversa con músicos creadores de otras latitudes y que gracias a las posibilidades tecnológicas, podemos recibir en nuestros hogares. Por Ester Arjona.
“Siempre he estado muy motivada y me ha impresionado mucho la imagen de tender puentes y me he definido en algún momento como una creadora de puentes”, dice Vlieg, en entrevista con La Estrella de Panamá. Ella siente que como artistas “podemos tener la posibilidad, la inmensa fortuna y el privilegio de navegar diversas aguas”. En el caso concreto de la música, en la música, conectar con su diversidad de géneros y tradiciones ya sea con nuestros vecinos o con países muy lejanos, contar en otros idiomas quiénes somos y dejarnos interpelar con las historias de otros.
Para Patricia, las experiencias de intercambio humano siempre han resultado tanto positivas como nutritivas, por lo que en los proyectos en los que ella y su equipo de trabajo se han involucrado, ha procurado que la idea de tender puentes o de generar diálogos ya sea entre seres humanos, diversas formas de arte, músicas, o diversas disciplinas del arte y las ciencias.
De esta manera ha ya algún tiempo fue tomando forma “The Bridges Project”, un espacio para colaboraciones artísticas y que da fe de esta búsqueda. “Creo que el proyecto me viene acompañando desde siempre y pasas transversalmente por muchas de las cosas que hacemos. Pensado de esta manera era algo que se venía fraguando, yo quería generar un ciclo de entrevistas y colaboraciones musicales entre artistas y seres humanos que fueran puente en sus diversas disciplinas. que estuviera en esos puntos de intersección entre culturas, formas de pensar, formas de hacer, lo que hacemos para buscar estrategias y maneras creativas de abordar nuestro propio trabajo”.
Y de forma más puntual, se gesta Puentes y diálogos. “Creo que este momento que estamos viviendo nos hace a todos más sensibles a la necesidad de conectarnos, a la conciencia de que estamos todos den una misma historia, de que compartimos un destino común, a la necesidad de encontrar antídotos contra la soledad y hallar maneras nuevas de hacer las cosas”. La coyuntura de la pandemia de Covid-19 ayudó a asentar una alianza entre IESA Panamá y Ciudad del Saber, organizaciones con las que Vlieg había colaborado en oportunidades anteriores y que barajaban la posibilidad de hacer estos encuentros presenciales.
La iniciativa podría tener inicio de forma virtual y así arrancó el proyecto con un primer ciclo de entrevistas de colaboraciones musicales transmitido virtualmente de 12:30 a 1:00 pm los días viernes; “un punto de encuentro para dialogar y pensar nuestro presente y lo que viene”, dice Vlieg.
El primer ciclo de puentes y diálogos arrancó a mediados del mes de abril, con seis encuentros. “Nuestros invitado tienen en general un perfil tanto artístico como académico, un perfil de educadores y gestores y nuestra audiencia no es solo de artistas y músicos sino de quien quiera extraer del arte un espacio de conocimiento y se quiera dejar inspirar” cuenta la gestora del proyecto.
El primero de ellos con Tupac Mantilla, percusionista, educador, investigador y creador de un método de percusión corporal, “sobre todo, un pensador si se quiere, en cómo el ritmo es parte de los elementos que definen también los ritmos de la vida. Su trabajo como coach, es ayudarnos a entender cómo ser conscientes de nuestro propio ritmo, y el del universo nos pueden alinear para un mejor desarrollo personal y colectivo”, explica.
El segundo invitado fue Cheo Hurtado un referente del cuatro venezolano, que además tiene múltiples proyectos artísticos, pero un trabajo colectivo de educación muy interesante. A través de su proyecto “La siembra del cuatro”, lleva el el instrumento tradicional de Venezuela a las nuevas generaciones con festivales, cursos y conciertos.
El tercer invitado, fue el argentino Gustavo ‘Popi’ Spatocco, director musical y de orquesta, arreglista, guionista, quien fuera productor artístico de Mercedes Sosa y con quien Vlieg tuvo el placer de producir “Cabanga, Panamá en el corazón” “Es una persona muy experimentada en tender puentes entre músicas, en estar en el punto de intersección entre las músicas orquestales, en formatos sinfónicos y las músicas populares y tocó mucho la realidad de nuestro tiempo, tiempo en el que no hemos pasado el susto de la incertidumbre”, comenta la artista. “Con Popi profundizamos eso, que es un momento de no tener certezas y está bien no tener certezas. Más bien es un momento de descubrimiento”.
La más reciente entrevista fue con Rafa Pino, un productor cantautor venezolano que también ha hecho trabajo de escritura de raíz tradicional, desde la décima de su país, y que tiene un gran interés por las conexiones con músicas de América Latina.
La próxima semana nos va a acompañar Belén Pasqualini que es cantora, escritora de guiones de teatro, tiene todo un trabajo en lo unipersonal, que mezcla conceptos de arte y ciencia, a partir de la vida de su abuela, que era una importante científica y luego le tocará el turno a Aquiles Baez guitarrista, compositor y productor. “Ya estamos preparando un encuentro para el final de ciclo con una artista panameña, de la joven generación, Milagros Blades, excelente música y persona que se ha movido en el género del folclor y del jazz”, anuncia Vlieg.
“Cada invitado tiene un perfil muy interesante. Son gente, seres humanos que también tienen historias de construcción de puentes y de tender los brazos al conocimiento universal y en las entrevistas siempre terminamos haciendo música”, cuenta Vlieg.
Aunque el público está a distancia, la retroalimentación, dice Patricia, ha sido muy positiva. “Creo que la gente está necesitando espacios de inspiración y ha habido mucho agradecimiento por esta cápsula de media hora. De hecho, nos planteamos hacerlo más largo, pero en estos momentos se está haciendo mucho trabajo a nivel virtual y nuestro interés es tocar a la gente sutilmente en algún momento del día, acompañarlos en su almuerzo y regalarles una palabra, quizá un espacio una imagen, un pensamiento, un espacio luminoso para reflexionar, para sentir, para nombrar su propio sentimiento”, afirma. Y es que para la cantora, “hay muchas realidades, es un tiempo, dentro de la pausa, -porque es una pausa, un silencio, como una calma chicha- en el que hay también una turbulencia. Todos nos preguntamos qué va a pasar, por dónde vamos a seguir, cómo va a ser la nueva normalidad, y Puentes y Diálogos intenta más que ofrecer respuestas, ofrecer puntos de partida para que lo expresemos entre todos”, asegura.
Para ver y escuchar las entrevistas en vivo debe registrarse a través de la plataforma de Ciudad del Saber. Luego, las entrevistas reposan en puentesydialogos.patriciavlieg.com donde todos los interesados pueden “reescuchar, revisitar y compartir. La audiencia puede disfrutar de los programas en vivo y también difundir y compartir los espacios posteriormente”, informa Vlieg.
Como todo nuevo proyecto, se trata de un espacio en construcción. “Queremos recibir más y más los comentarios de la gente, queremos que más gente se sume a la iniciativa de escuchar y estamos muy abiertos a ampliar el perfil de invitados y temas, porque el arte es un punto de partida para el aprendizaje”.
El próximo ciclo de Puentes y diálogos ya se está preparando. “Definitivamente queremos continuar, sentimos que es una iniciativa que da para mucho más y también queremos que sea un espacio con retroalimentación. En este momento al tratar de que sea un programa que abarque a una audiencia diversa yo creo que hay que escuchar”, sostiene.
Para Vlieg, este proyecto pretende establecer líneas de conexión interculturales y humanas, “porque en realidad es el tiempo de la conexión humana, tiempo de reconocernos interdependientes, quizá más que nunca, es un tiempo de vulnerabilidad también, pero la vulnerabilidad nos hace fuertes en la medida en que nos reconocemos capaces de reconstruir iniciativas colectivas y comunes y el tiempo de la incertidumbre es también el tiempo de la creatividad. Eso es lo que nos recuerdan los diversos artistas, los diversos invitados, gente de muchos perfiles, gente que toca diversas aguas y gente que quiere ayudarnos a abrir el horizonte y la mirada”, concluye.