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La Fuerza de un Postulado

By enero 9, 2016 septiembre 21st, 2016 No Comments

El gesto era de una simplicidad y una trascendencia admirables:  los estudiantes en silencio caminaban llevando tres elementos fundamentales: la bandera de Panamá, que había sido entregada a ellos por el rector del Instituto Nacional, Dídimo Ríos, con la responsabilidad de protegerla con la vida; el estandarte del Instituto Nacional y una pancarta en donde se leía:

“Panamá es soberana en la Zona del Canal”.

Era claro y contundente; el gesto, la consciencia del propio derecho, el sentimiento y la razón que lo animaba.

No había confusión o alardes innecesarios.

El canto del himno y ellos allí, frente a la violencia injustificada, sosteniendo la bandera, un postulado y una pasión en el corazón; alimento de una generación entera:

“Panamá es soberana en la Zona del Canal”.

El 9 de enero de 1964 reviste una significación especial no solamente por las vidas entregadas y la sangre derramada; sino porque fuimos capaces como país, de permitir que esa bandera que defendíamos nos arropara y nos congregara; que fuera realmente el símbolo de una lucha colectiva, más allá de los intereses particulares; una lucha que implicó el rompimiento de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos y llevó consecuentemente a la abrogación de los tratados del Canal de 1903 y a la firma de los tratados Torrijos Carter.

Fue la lucha y la consciencia de un pueblo entero que se hizo solidario. Y pudo hacerlo porque tenía una visión, un sentimiento común y un  postulado claro:

“Panamá es soberana en la Zona del Canal”.

La fuerza de la unidad, la razón y la pasión de un país que pudo unirse sin dejarse atemorizar por intereses económicos particulares fue la fortaleza; un país con sentido de misión fue la fortaleza; una generación entera que aceptó su responsabilidad histórica y tomó las riendas de su destino fue la fortaleza…

Creo en mi país. Sigo trabajando por esta parcela que la vida me dio a cultivar. Reconozco también que en momentos como éste, a la par del orgullo, me invade una especie de nostalgia, o quizás de incertidumbre que toma forma de pregunta:

¿Cuáles son  nuestros postulados de hoy? ¿Qué palabras escribiríamos hoy en esa pancarta que acompañó a la bandera como símbolo de una nación en búsqueda de su destino?

¿Dóndenos sale al encuentro la pasión con consciencia de nuestros jóvenes; la responsabilidad formadora de los que forman y ejemplifican para no permitir que olvidemos nuestra historia y para ayudarnos a construir nuevos postulados que den sentido y claridad a las luchas de hoy?

El 9 de enero de 1964 nos otorgó algo que es imprescindible: postulados y referentes.

“Panamá es soberana en la zona del Canal”.

Fue un sentimiento, una consciencia, un propósito y un destino cumplido; porque pudimos verlo, soñarlo y realizarlo juntos.

Nos otorgó referentes; porque cada uno de los actores se supo y se sintió parte responsable de la historia y no al márgen del destino de este país; porque se tomó una posición con claridad y compromiso; porque hubo estudiantes apasionados, conscientes y valientes; formadores con liderazgo  y brújula, un pueblo solidario que exigió sus derechos y un presidente que supo ser contundente en momentos críticos con quien tenía que serlo; poner al país por encima de cualquier interés económico o personal y reivindicar la lucha nacional?

¿Cuáles son nuestros referentes de hoy?

¿Será que hemos de decir, como dijera años antes Amelia Denis de Icaza, en su poema al Cerro Ancón: “Ya no guardas las huellas de mis pasos…”

Me quedo con los versos de Gaspar Octavio Hernández en su hermoso “Canto a la Bandera”:

¡Bandera de la patria! Sube…, sube
hasta perderte en el azul… Y luego
de flotar en la patria del querube;
de flotar junto al velo de la nube,
si ves que el Hado ciego
en los istmeños puso cobardía,
desciende al Istmo convertida en fuego
y extingue con febril desasosiego
a los que amaron tu esplendor un día.