Además del significado y trascendencia que tienen las fiestas que celebramos, siento que esta época del año nos conecta de muchas maneras con algún aroma de infancia; con paisajes y memorias del corazón; con retratos de alegría y con sabor a cabanga.
Por eso queremos seguir compartiendo, cada vez con más ahinco y entusiasmo, estas canciones panameñas que evocan ese lugar sencillo, cálido y entrañable; un espacio de encuentro con sonoridades de la tierra propia. Cabanga es un espacio parecido a nosotros mismos; con sonidos de identidad; con canciones que cuentan nuestros amores y desamores, nuestras paradojas y legados.
Este disco, que es además un viaje y ha sido nuestro viaje personal durante el 2015, lleva implícito el deseo de que la música sea puerta y puente, un lugar para vincularnos, revivir afectos y emociones, comprendernos mejor y sentirnos cada vez más cercanos.
Gracias por compartir conmigo este viaje, por todos los sueños cumplidos de los que ustedes son parte fundamental; y porque sabemos que el 2016 será el tiempo de seguir trabajando con fe y fortaleza por conocer, cuidar y difundir este legado de amor y orgullo que es nuestro patrimonio cultural; porque una tierra no es lo mismo sin sus canciones.
Un abrazo y mis mejores deseos.